Comentario
Napoleón podía pasar a la siguiente fase de su plan. Los efectivos de Buxhowen, que no habían logrado vencer la resistencia de las tropas de Davout, fueron rodeados, sin dejarles más salida que el sur, a través del helado lago de Sastchan. Enfrentados a fuerzas muy superiores, los austro-rusos sufrieron miles de muertos y de prisioneros, mientras intentaban escapar cruzando el lago Satschan. Se dijo que los franceses habían utilizado sus cañones para romper la superficie helada, haciendo que se ahogaran 2.000 fugitivos, pero es más probable que el propio peso de los que huían hiciera que cediese el hielo. A las cinco de la tarde, todo había concluido. Los aliados dejaban 27.000 muertos y prisioneros y 180 cañones sobre el terreno. Los franceses habían perdido unos 7.000 hombres.
La batalla de los tres emperadores marcó la cumbre del genio táctico de Napoleón y fue decisiva para apartar a Austria de la Tercera Coalición. Al día siguiente, Francisco II pidió un armisticio mientras el zar regresaba a Rusia con los restos de sus tropas. El 27 de diciembre se firmó la paz de Presburgo (Bratislava), por la que Austria cedía el Reino de Italia -cuyo titular era Napoleón- el Véneto, Istria y Dalmacia. Los aliados de Francia, Baden, Württemberg y Baviera recibieron también sustanciales recompensas territoriales a costa de los Habsburgo, especialmente esta última, que obtuvo el Tirol, Vorarlberg y el Trentino y adquirió categoría de Reino. Prusia, a cambio de su neutralidad, recibió el Electorado de Hannover, una posesión de los monarcas británicos ocupada por los franceses en 1803.
Napoleón aprovechó su triunfo, además, para reordenar el sistema político de la Europa central. El casi milenario Sacro Imperio Romano Germánico desapareció, y los aliados de Francia integraron el núcleo inicial de la Confederación del Rhin, creada en julio de 1806 con 16 estados alemanes y destinada a ser un instrumento fundamental del imperialismo napoleónico.